El Hatha Yoga trabaja sobre cuerpo y mente, además conlleva la práctica de los varios tipos de āsana o posturas de yoga, ejercicios de respiración o prāṇāyāma, purificación y meditación. En la mayoría de los casos, la práctica física suele ser más estática, lenta y suave que otros estilos de yoga, como por ejemplo en el yoga dinámico.
Es una práctica que necesita de un trabajo constante y paciente, una buena práctica de ajustes, alineamiento y de respeto de los propios límites, ya que puede resultar, algunas veces, desafiante a nivel físico y mental y esto conlleva que sea una disciplina a la cual hay que acercarse con una actitud amable para no generar violencia contro uno mismo, ya que se puede llegar a forzar innecesariamente.
El Hatha yoga es la versión más clásica y completa del yoga que permite que cualquier persona, independientemente de su edad, estado de salud o experiencia pueda practicarlo porque tiene un amplio abanico de prácticas de todo tipo que permiten adaptar el yoga a cada persona, sin riesgo de lesiones de ningún tipo.
Sus beneficios son múltiples:
-Mejora la fuerza, la movilidad, estabilidad, flexibilidad, equilibrio y coordinación.
-Alivia de forma significativa determinados estados de dolor.
-Mejora el estado de ánimo.
-Mejora la capacidad de concentración, de atención y de consecuencia potencia también la memoria.
-Aumenta los niveles de oxígeno en el cuerpo.
-Previene la depresión y los estados de divagación con pensamientos negativos constantes.
-Ayuda a mejorar el sueño.
-Mejora la empatía.
-Se recomienda como terapia preventiva al Alzhèimer y otras demencias.
Si te interesa saber más sobre el yoga y sobre todo, sobre el yoga terapéutico, te invito a leer mi libro “El yoga como terapia contra el dolor”.